Guarnicionería

LOCALIZACIÓN

Regional

DESCRIPCIÓN

Tradicionalmente, la guarnicionería ha sido sinónimo de arreos, guarniciones o jaeces de los animales de caballería. Dependiendo del trabajo que la caballería realice, la guarnición será distinta. De tal forma que hay guarniciones en función de su uso: de carga y para montar; y dependiendo del día: diario o festivo. Por lo tanto, los aparejos de la caballería como son los cabezales, colleras, pretales, zanjaletas, etc. han sido adornados tradicionalmente con bordados, cascabeles, campanillas, colgadores, tachuelas haciendo dibujos, flequillos, etc. de acuerdo con su función. Las herramientas del guarnicionero han sido numerosas: cabe destacar la lezna, las agujas, las cuchillas, tenazas, martillos y rajadores, así como un instrumento característico del oficio: la machota, tabla o gato del guarnicionero, que consistía en tres tablas de madera, rectangulares y estrechas, unidas en formas de Y, que el guarnicionero utiliza para sujetar el cuero mientras realiza el cosido de la pieza.

ROL DE LAS PERSONAS

Son pequeños negocios en talleres familiares donde el oficio se ha aprendido de generació en generación. Estos guarnicioneros trabajan de manera totalmente artesanal con plantillas, cuchillo de media luna, tijeras colocadas en estanterías y tableros. Las pieles, que les llegan de las tenerías ya curtidas y teñidas, las reciben enteras tras el despiece. Y en esta guarnicionería las van cortando según las necesidades del encargo para después ser cosidas. Por lo tanto, este oficio es difícil de aprender, pero que se consigue con mucha práctica. Sin embargo, no hay apenas relevo generacional ni apoyos que les ayude a seguir adelante. Una situación que deja pocos guarnicioneros artesanos en la Comunidad de Madrid. Y los que quedan, malviven y se enfrentan a una crisis que no termina para ellos.