A la puerta del amo digo y redigo/si no saca la bota no meto el trigo

LOCALIZACIÓN

Torres de la Alameda

DESCRIPCIÓN

La siega era uno de los momentos de mayor esfuerzo, además de exigir horarios casi interminables. El acuerdo de manutención incluía siempre vino. La dieta de pan y vino al despertar, un almuerzo con patatas, el cocido, que se tapaba «con una costra de pan» y una merienda con embutidos y pan. «Al llegar a casa» unas judías blancas podían ser la cena.

ROL DE LAS PERSONAS

El pago de los segadores no incluía solo dinero, constaba también de pago en especie, como el vino, el alojamiento y la manutención, e incluso lavado de ropa. La elaboración de la comida corría a cargo de las mujeres de la casa en la mayor parte de los casos, aunque también podía dejarse que algún miembro de la cuadrilla cocinase.