LOCALIZACIÓN
Huerta murciana (Vega del río Segura)
DESCRIPCIÓN
Las naranjas y mandarinas (del género Citrus) cultivadas en todo el Levante español y más concretamente en la huerta murciana, se cultivan en la comarca natural que comprende la llanura fluvial del río Segura. Pertenecen a una familia numerosa, la de los cítricos, que incluye además los limones y los pomelos y que tienen en común, entre otras características, su abundancia en los ácidos cítrico y ascórbico o vitamina C, a la que deben su fama como alimento. La superficie total de cítricos regional es de más de 38.534 hectáreas. En cuanto a Denominaciones se refiere, la facilidad de los cítricos para mutar, junto a la necesidad comercial de buscar siempre nuevas y mejores variedades, es lo que ha contribuido a esa profusión de nombres con los que conocemos a nuestras actuales naranjas: Navelinas, Neujol –Newhall–, Guasintonas –Washington–, Navelate, Valencialate, Salustiana o Bernas; y mandarinas: Clementinas, Clemenules, Marisol o Fortune, entre otros. O con los que conocieron variedades antiguas: Orihuela, Grano de oro, Sanguina, Murciana, Viciedo –nombres tras lo que se esconde un cuadro abigarrado y barroco de tamaños, formas -más o menos achatadas, con o sin ombligos–, texturas –de sus pieles y gajos–, presencia o ausencia de semillas, aromas, sabores –más o menos ácidos, más o menos dulces–, colores –del amarillo al rojo–, época de recolección… España continúa siendo el primer productor europeo de naranjas y mandarinas. Aun así, a nivel mundial ha sido desplazada por gigantes americanos como Brasil, México y EE. UU., además de China e India en Asia.
ROL DE LAS PERSONAS
Aunque la presencia de los cítricos en la Huerta de Murcia se remonta a épocas pretéritas, sin embargo, es en el pasado siglo cuando su cultivo alcanza la mayor expansión, llegando a ser un producto de importancia muy notable en la agricultura regional con una superficie de producción anual de más de 16.058 hectáreas. El clima templado, de inviernos suaves y con muchas horas de sol, junto al buen hacer de los agricultores y comerciantes ha posibilitado que las naranjas y mandarinas murcianas adquieran fama mundial, llegando a ser comercializadas en toda Europa, incluida Rusia.