LOCALIZACIÓN

Regional

DESCRIPCIÓN

La matanza del cerdo es una de las tradiciones más arraigadas en Castilla y León. De hecho, no podría entenderse la gastronomía castellanoleonesa sin la matanza, ya que buena parte de nuestro recetario incluye algún derivado del cerdo. El cerdo se mata en los meses de frío -noviembre, diciembre, enero fundamentalmente- para elaborar embutidos, carnes, jamones y otras partes del porcino que se irán consumiendo a lo largo del año, y es que, como se dice: «del cerdo se aprovecha todo!» Son numerosas las fiestas que se celebran a lo largo y ancho de toda la Comunidad. Jornadas muy populares amenizadas con bailes regionales, desfiles, concursos, juegos autóctonos o partidas de cartas donde los asistentes podrán ver e incluso participar de las faenas tradicionales de la matanza, como churrascar la piel del animal, recoger la sangre para hacer morcillas, hacer picadillo, …

ROL DE LAS PERSONAS

Actualmente, el sacrificio de cerdos está considerado administrativamente como una excepción del régimen general de producción de carnes frescas que debe hacerse siempre en mataderos autorizados. Desde la entrada en vigor de la nueva normativa en el año 2000 -por la que la Junta de Castilla y León aprobó una orden por la que se regula el reconocimiento sanitario de cerdos sacrificados en domicilios particulares para el autoconsumo-, existe una red de veterinarios que controla las matanzas y es quien decide si la carne obtenida es autorizada para el consumo o bien la decomisa para proceder a su destrucción. Desde 1990, la tendencia a la baja en número de matanzas ha ido creciendo. Hecho motivado por un aumento en los controles sanitarios, unido a un cambio de hábitos, el envejecimiento y la despoblación del medio rural.