LOCALIZACIÓN

Regional

DESCRIPCIÓN

Este azafrán se distingue fácilmente porque los estigmas rojos sobresalen claramente de la flor y porque el estilo es de menor longitud que en las flores de otros orígenes; además se comercializa exclusivamente en hebras. El proceso de elaboración, que consiste en el desecado mediante tostado a fuego lento en lugar de secado al sol, le da sus características diferenciales. La zona de producción y elaboración del azafrán de la Mancha con Denominación de Origen Protegida se localiza en las comarcas de La Mancha de Toledo, Mancha de Ciudad Real, Mancha Alta y Baja de Cuenca, Mancha de Albacete y Centro de Albacete, abarcando 38 municipios de la provincia de Toledo, 38 de Ciudad Real, 86 municipios de la provincia de Albacete y 172 de Cuenca. De olor intenso y penetrante, es un condimento fundamental en recetas tanto tradicionales como en las de la gastronomía más actual. El azafrán es empleado también para usos medicinales y cosméticos.

ROL DE LAS PERSONAS

De olor intenso y penetrante, es un condimento fundamental en recetas tanto tradicionales como en las de la gastronomía más actual. El azafrán es empleado también para usos medicinales y cosméticos. El azafrán es sin duda uno de los alimentos más emblemáticos de los que se cultivan en Castilla-La Mancha. Un producto con muchos años de historia que fue introducido en nuestro país por los árabes y cuyo nombre proviene del término con que ellos designaban al color amarillo «zaferán» porque la crocina, sustancia que se halla en el estigma de la rosa del azafrán, tiñe de amarillo los platos condimentados con él y le otorgan ese aroma tan peculiar. Inicialmente se introdujo el cultivo en puntos de Andalucía, Valencia y Castilla-La Mancha, pero fue tan sólo ésta Comunidad la que hizo perdurar este producto hasta nuestros días, creando un fuerte vínculo histórico con la región. Múltiples manifestaciones culturales tradicionales avalan este vínculo: La Fiesta de la Rosa del Azafrán de Consuegra (Toledo), el Concurso de Monda de La Solana (Ciudad Real), el Festival de la Rosa del Azafrán de Santa Ana en Albacete son algunos ejemplos. Reconocido internacionalmente por ser uno de los mejores del mundo, si no el mejor, tiene un enorme valor histórico, cultural y gastronómico para la región. Tiene incluso un museo en Madridejos (Toledo) que permite al visitante conocer muy de cerca la historia y todo el proceso de cultivo de este producto.