LOCALIZACIÓN
Serranía de Albarracin y Maestrazgo (Teruel)
DESCRIPCIÓN
Bajo esta denominación se encuentra la carne de ternera, novillo y añojo conocida como carne de Ávila, distinguida con la denominación de I.G.P. La zona de producción está constituida por diferentes zonas de Comunidades Autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, la Rioja y Madrid). En Aragón forman parte las comarcas agrarias de la Serranía de Albarracín y el Maestrazgo, en Teruel. El ganado de raza Avileña-Negra Ibérica y el procedente del primer cruce entre reproductoras de raza Avileña-Negra Ibérica y sementales de las razas integradas en España Charolés y Limusín, es apto para suministrar esta carne. Dependiendo de la edad de los animales y de su alimentación antes del sacrificio, se distinguen varios tipos de productos: la Ternera: animal que se destina al sacrificio con un máximo de doce meses, viviendo con la madre al menos durante cinco meses, alimentada por su leche. El añojo: es un animal destetado con una edad mínima de cinco meses, que se destina al sacrificio con una edad mayor de 12 meses y hasta los 24 meses, siendo alimentado con recursos autorizados. Por último, el novillo: es un animal que se destina al sacrificio con una edad mayor de 24 meses y hasta los 48 meses, alimentado con recursos autorizados. La carne es firme al tacto, ligeramente húmeda y textura fina, su color es brillante rojo, con grasa de color blanco y gran sabor. La carne de Ávila tiene que cumplir un período de maduración mínimo de 4 días. La zona geográfica está constituida por una zona de producción y otra zona de elaboración.
ROL DE LAS PERSONAS
La evolución histórica de la carne de Ávila parte de la prehistoria, con los Toros de Guisando. Entre los romanos aparecen bovinos avileños tirando de las carretas o en las rutas de trashumancia. En los siglos XIV y XV se abren ferias, se intensifica el mercadeo de la carne alcanzando importancia la Ternera de Castilla; cobrando importancia en el s. XVIII la raza Castellana como bovino de trabajo. En la 2ª mitad del siglo XIX surgirá la raza Serrana, que con el paso del tiempo y debido a los cruces con otras razas, evolucionará dando lugar a la Avileña-Negra Ibérica. El punto de unión de esta carne son las excepcionales características, la singularidad en la manera de prepararla en cada comunidad, evolucionando hacia recetas renovadas.