LOCALIZACIÓN

Bajo Aragón (Teruel)

DESCRIPCIÓN

El paisaje centenario de olivos, olivares u oliveras del Bajo Aragón proporciona un excelente aceite reconocido como DOP e IPG. Adaptados a un terreno árido y a un clima mediterráneo continental, presidido por el característico cierzo aragonés, este es el paisaje del Nordeste de la provincia de Teruel y Sudeste de la provincia de Zaragoza; en donde los olivares buscan emplazamiento en los valles fluviales de los ríos Aguasvivas, Martín, Regallo, Guadalope y Matarraña. Las variedades de olivas propias de este territorio son: Empeltre, Arbequina y Royal, y es en esta comarca bajoaragonesa donde se realiza todo el proceso garantizando así su calidad, cuyas características son: el color desde el amarillo dorado a amarillo oro viejo; su aroma y sabor afrutado, con ligero recuerdo a almendra, sin amargor, tirando a dulce y un poco picantes, el aspecto es limpio, sin velos o turbiedad. El paisaje de olivos es consustancial al territorio bajoaragonés, agrupados en campos abancalados separados por muros construidos, según la técnica de piedra en seco, que sirven para para diferenciar las propiedades, permitir la retención del agua de lluvia y evitar la erosión, ya que el clima acusa fuertes sequias estivales y tormentas torrenciales, que erosionan un terreno con escaso manto vegetal.

ROL DE LAS PERSONAS

La producción de estos olivares se va diversificando, elaborando encurtidos de todo tipo y oliva de mesa de múltiples sabores. Todavía se conservan molinos aceiteros o almazaras, con los ingenios de madera tradicionales y muelas de piedra. Ejemplo paradigmático es la almazara de Jaganta en Teruel, en el Parque Cultural del Maestrazgo, con sus antiguas prensas de viga, piedras de moler, piletas de decantación, etc. Es creciente el interés nutricional y gastronómico de estos aceites, así como el interés cultural y patrimonial en torno a ellos, emblema de la dieta mediterránea.